Thursday, September 25, 2003


Schanton, Diederichsen, Adorno y vos : qué tardecita!

Tarde de estrellas en el Goethe Buenos Aires, dentro de las jornadas sobre Adorno. El programa decía "Adrono y el jazz" y uno sospechaba que íbamos a terminar hablando de pop.

El público: jovenes emprendedores, docentes universitarios de mas edad, algunos alemanes sueltos. faltó Chabán!!

La ponencia: Pablo "encima que fuí benévolo con ese disco se calentó el viejo" Schanton, con la mochila cargada de libros y Cds presentó brevemente a Diedrich como la sucursal en Alemania de Marcus, Frith & Asociados. El aleman, que parece el hemano de Michael Moore, leyó un recorrido por los escritos de Adorno sobre el jazz y la música popular de la primera mitad del siglo XX. Hubo algunas cositas interesantes pero ya sin sentido (como cuando habló de que los solos en el jazz era el momento de la libertad del músico, el instante en que se abandona el standard para dejarse fluir hacia estados mas libres, cosa que a partir de la institucionalizaación del jazz como música a ser estudiada en la Academia ya no tiene sentido pensar, ni siquiera en el formato free).

Enter the Schanton: luego de la lectura, Shcanton abre el micrófono y dice una de sus ideas preferidas: le pone entidad de profeta a Mick Jagger circa '65. Dice que en Satisfaction (i can?t get no) están todos los conceptos adornianos, pero dichos desde dentro de la industria cultural. A mí no me parece que esa insatisfacción pase por una negativa a la sociedad de consumo, como Pablo insinuó, sino mas bien por una preocupación Jaggeriana por el exceso de groupies, y cierto hastío sexual. También habló de "La palabra hecha beat", refiriéndose a esa segunda negación (i can't get no)que cae sobre el beat. Y movió su dedo índice varias veces, en un gesto técnico que la hinchada aplause desde el famoso "beat it beat it beat it" sobre Michael Jackson en el San Martín.

Las preguntas del público: claro, como faltó Chaban, no hubo chispa. La primera intervención vino de parte de un alemán que subrayó cosas que ya se habían dicho (se ve que el complejo de Figuretti es global). Después apareció un miembro de la Orden de los Sagrados Adornos, que increpó a Schanton por haber tenido la ofensiva idea de decir que Jagger dice lo mismo que Adorno. Ok, es discutible, pero no desde el lugar de "no se puede decir eso..". En todo caso, todos pueden decir lo que quieran (o acaso Adorno no estuvo toda su vida hablando del Jazz sólo porque le gustaba la música clasica que aprendió a tocar en su hogar burgués de centroeuropa?). Lo importante es si vamos a algun lado con lo que se dice. Y ayer pareció que no fuimos a ningún lado. Se habló de que a los seguidores de Adorno les gustaba el jazz, que a Adorno no. Que Satisfaction fue "una revolución" (mein Gott!), que el pop, que el rock, que la mar en coche. Y siempre los mismos nombres. Y siempre la misma institucionalización (hoy estoy con esa palbra, disculpen).

Hoy se me ocurrió una pregunta (demasiado tarde):

Cual es la importancia de que un sistema de intepretación se adapte o no al jazz o al pop? Digo, si tenemos que forzar demasiado la cosa, si tenemos que ocupar mas de la mitad del tiempo con aclaraciones traidas de los pelos ("algunos dicen que Adorno criticaba el jazz porque escuchó el mal jazz"), todo para qué?. Lo que pasa es que se está buscando siempre legitimar lo legitimado ("dicen que un alumno le acercó al maestro Adorno un disco de Hendrix"). El Jazz ya tiene el certificado de musca sofisticada, ya tiene el certificado de haberse convertido en un producto burgués. Ahora hay que convertirlo en música clásica. Pa' qué?


Esta tarde hay una segunda parte con una mesa redonda con Monjeau (el defensor de los indefensos), Muñoz cuvas, Schuster, Schwarzböck y Didriech Moore. Ojalá se le hayan secado los pantalones bahianos a Chabán y pueda ir...


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